La vida que llevamos es a menudo una fuente constante y a veces extrema de estrés: el trabajo, la vida familiar, las noticias del mundo exterior, nuestra alimentación, los estudios, la falta crónica de tiempo para hacerlo todo. Todo ello tiene un enorme impacto en nuestro organismo, que puede traducirse en fatiga mental, problemas de sueño, nerviosismo, sensación de abatimiento mental, depresión, ansiedad, sentimiento de culpa, etc.
Si se permite que la situación persista, puede conducir al exceso de trabajo o al agotamiento. Es importante ir a la raíz del problema, y para ello puede recurrir a especialistas que, en función del origen o los orígenes del problema, le enseñarán a soltar, a decir mejor no, a delegar, etc.
Ciertas plantas también pueden ayudarte a relajarte y tomar distancia, tranquilizarte, desestresarte y dormir mejor. En algunos casos, estas ayudas pueden ser muy útiles para recuperarse y poner las cosas en perspectiva.